Canción recomendada para leer este texto en loop:
“Bravado” – Lorde
https://open.spotify.com/track/1vbnYODenOFCFWxYNRYw1N?si=t1mg3F18TYKfFavPLhnQPA
La mariposa
Dato: Su transformación (metamorfosis) ocurre en la oscuridad del capullo. Desde afuera, parece que no pasa nada.
Simbolismo: Cambio profundo, invisible al ojo ajeno. Renacer desde adentro.
Como la mariposa, me deshago entera para volver a nacer con alas. La oscuridad también puede ser un lugar de creación.
"Autopsia del yo que me enseñaron"
Hay un momento en la vida en que algo se rompe,
pero no desde la tragedia:
se rompe como se abre una ventana después de años cerrada.
No duele tanto como alivia.
No sangra, pero sí despeina.
Es ese instante en el que dejás de preguntarte qué esperan los demás de vos,
y empezás a preguntarte —de verdad— qué esperás vos del mundo.
De tu cuerpo. De tu voz. De tus ojos.
Yo me cansé de cumplir.
De agradar.
De repetir frases que no siento,
de cargar creencias que no elijo,
de vestirme con lo heredado.
No estoy huyendo del pasado: lo estoy soltando.
Porque me está naciendo algo nuevo.
Algo mío.
Una voz más libre. Más honesta. Más despierta.
Este texto no es sobre una tristeza,
Es sobre mi verdadero nacimiento.
Me estoy transformando.
Y no tengo miedo.
(Al menos, no lo suficiente como para detenerme.)
Ya no me interesa encajar. Me interesa comprender.
Ya no quiero sobrevivir a los días: quiero llenarlos.
Y para eso, tengo que dejar atrás una piel, una historia, una forma de mirar.
Esto no es tristeza.
Es potencia.
Y si vos también sentís que estás al borde de algo inmenso,
algo nuevo que todavía no sabés nombrar,
entonces quizás este poema también sea para vos.
Autopsia del yo que me enseñaron
Me estoy desvistiendo del mundo
como quien se saca un vestido incómodo
que alguna vez creyó suyo.
No hay llanto, hay piel nueva.
Hay luz entrando por rendijas que antes no veía.
Aprendí a hablar bajito,
a sonreír sin ganas,
a pedir disculpas por existir con fuerza.
Pero ya no.
Hoy mi voz se estira.
Hoy ocupa todo lo que antes dejé en silencio.
No quiero ser valiente,
quiero ser mía.
No quiero ser perfecta,
quiero ser libre.
Mi historia no comienza con ellos.
Empieza acá:
en este instante en que decido mirarme sin juicio,
en este cuerpo que abrazo aunque no se parezca
a lo que me enseñaron que debía ser.
Cambié los espejos por ventanas.
Ya no me interesa cómo me ven,
sino lo que soy cuando nadie me mira.
No hay mapa.
Pero hay fuego.
Y si me pierdo, que sea por elegir mi propio camino.
Y si caigo, que sea bailando con el viento,
y no por quedarme quieta en una idea que no me pertenece.
Estoy naciendo.
No desde el dolor, sino desde el deseo.
Desde la certeza de que hay otra forma de habitarse:
una sin culpa, sin molde, sin permiso.
A veces, para encontrarnos, tenemos que quemar los mapas que nos dieron.
Lo que viene no es una versión mejor de mí:
es una versión más verdadera.
Y eso ya es libertad.
“No quiero más nunca ser otra persona.
Me basta con desear ser yo misma.”
— Virginia Woolf, Una habitación propia
Me encanta el como escribes me transporto a otro mundo del que no quiero salir 🧚🏻♀️✨
Wow… Qué maravilla.Este texto es fuego lento y nacimiento al mismo tiempo.Gracias por recordarnos que también se renace en silencio, que la oscuridad no siempre es un fin, sino un comienzo.Lo guardo para releer cuando me olvide de lo que vine a hacer.